Formas y dinámicas del gel de sílice en un complejo de suelo dominado por tobas: Resultados de estudios micromorfológicos en el centro de México

Resumen

Dentro de las cuencas de México y Tlaxcala, en el centro de México, se encontraron secuencias gruesas de depósitos de piroclásticos–paleosuelos, agrupadas en unidades T1 a T7. La unidad T2 del sitio Tlalpan se escogió para un estudio microscópico-mineralógico. Esta unidad consiste en cuatro estratos de depósitos piroclásticos (toba) del Pleistoceno tardío con horizontes de suelo arcilloso asociados. Además de partículas magmáticas, los piroclásticos contienen muchas partículas de ópalo, especialmente fragmentos de diatomeas y otros bio-ópalos. En el estrato basal de piroclásticos ‘i’, los ópalos están orientados dentro de sus capas y, por lo tanto, deben haber sido depositados junto con los otros componentes. Consecuentemente, no fueron mezclados después por pedogénesis o bioturbación. La muy bien preservada micro-laminación y la orientación de las partículas individuales, hacen improbable una significativa pérdida de volumen de poro (compactación) después de la sedimentación. De acuerdo a los resultados microscópicos, el intemperismo in situ es el proceso dominante en este estrato, como lo es también, probablemente, en los otros estratos piroclásticos (‘c’, ‘e’ y ‘g’). Los suelos arcillosos –así como las tobas– están caracterizados no sólo por el intemperismo del vidrio volcánico, sino también por el de partículas de ópalo. El gel de sílice coloidal es el resultado del intemperismo del ópalo y del vidrio volcánico, además de que a partir del mismo vidrio se forman minerales arcillosos. Las formas características que se encontraron son cortezas de gel de sílice microscópico y los cutanes arcillosos, sindo las últimas más precisamente descritas como compuestos de minerales arcillosos / gel de sílice. Adyacentes lateralmente al perfil estudiado, pueden observarse capas endurecidas características, llamadas Tepetates, en los estratos piroclásticos ‘i’ y ‘e’. Estas capas se desarrollan a partir de los respectivos depósitos piroclásticos, después de su exposición por erosión. Se propusieron las siguientes razones para su formación: empaquetamiento comparativamente denso del material parental, una compactación subsecuente, una intensa redistribución del gel de sílice dentro de la matriz, su pérdida de agua y, probablemente, su parcial cristalización. Estos resultados se refieren sólo a la unidad estatigráfica T2 y no pueden ser aplicadas a otras unidades.