Resumen
El estudio de secuencias paleozoicas en el noroeste de México permite interpretar la distribución paleogeográfica y los ambientes sedimentarios ocurridos en la margen suroccidental del cratón de Norteamérica. En los alrededores de la Ciudad de Hermosillo, Sonora, afloran rocas del Ordovícico Temprano (490–470 Ma). La unidad a sido denominada Formación Pozo Nuevo y está constituida por catorce miembros, que en conjunto forman un espesor de 2,490 metros, caracterizados litológicamente por una predominancia de caliza con pedernal, que alterna con capas subordinadas arcillo-calcáreas y de arenisca cuarzosa. Los estratos carbonatados contienen trilobites silicificados (Ectenonotus sp., Trigonocerca sp., Perissopliomera sp., Kainella sp. y agnóstidos), gasterópodos (Maclurites sp. y Lecanospira sp.), braquiópodos (Orthidiella sp., Aporthophyla sp., Hesperonomia sp. y Anomalorthis sp.), nautiloideos (Coreanoceras sp., Phragmosiphon sp. y Protocycloceras sp.), briozoarios, crinoides, e icnofósiles del género Skolithos. Los géneros Trigonocerca, Perissopliomera y Kainella se reportan por primera vez para el Ordovícico de México. El rango estratigráfico de los fósiles identificados corresponde al Ordovícico Temprano y las rocas que los contienen formaron parte del margen del cratón de Norteamérica durante el Paleozoico. Las estructuras sedimentarias primarias, aunadas a la diversidad de fauna, son indicativas de ambientes someros de plataforma.
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