Resumen
En la parte occidental del Eje Neovolcánico existen varios volcanes que presentan una evolución importante por la naturaleza de los dinamismos eruptivos, y por la variedad de las lavas emitidas, cuya composición varía de andesitas ricas en sílice, hasta dacitas, riodacitas y ocasionalmente riolitas (Ceboruco-Tequila). La evolución es continua y se debe a la existencia de cámaras magmáticas debajo de estos edificios, facilitando consecuentemente los fenómenos de diferenciación magmática. Alineados según las fracturas regionales, se observan varios volcanes monogenéticos que, como lo atestigua la mineralogía, no se relacionan con la cámara magmática de los edificios principales. Las lavas son típicamente calci-alcalinas; sin embargo, las rocas basálticas presentan caracteres transicionales. La disposición particular de los volcanes de la parte occidental, con respecto a los otros sectores del Eje Neovolcánico, se debe al hecho de que en esta región se produce la subducción de la Placa de Rivera, mientras que más al este, es la Placa de Cocos la que se hunde debajo de la Placa Norteamericana.
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